Soy la palabra que no espera
el ruido que hace hablar a tu silencio
el nudo de la cinta de tu pelo
la mirada que quiere subir a tu marea

El canto de esperanza en el asfalto
los dedos torpes que sueñan con tu espalda
las amarras de un barco encallado
el asesino sin culpa ni redada

Desde mi ventana

Desde mi ventana

martes, 10 de marzo de 2009

Hurto de mi envidia

Lo felicito caballero: ha ganado la batalla

de la eventualidad, al borde de la raya

en la que mi mundo entero estalla

cuando voy o vengo, donde vaya


Se escurrió entre la debilidad de la noche

entre la voluntad, el hartazgo y la paciencia

habrá que remarcar la inteligencia

que supone que cierre el broche


Será mejor que no te atrevas ni preguntes

con quien sueña mientras a tu lado duerme

quién sabe si miente, y aunque jure

tomará tiempo saber si miente


Quizás te cuente que en algún lugar

alguien la amó y dejó tal vez pasar

al hombre gris que ahora suspira

grita y llora cada vez que te mira


No temas que pregunte y maldiga

que me sambulla en develar el secreto

que supone que bordees en un día

lo que yo tejí con dos años y esmero


Ten a bien y mira que ya tuteo

apreciar el oro que te llevas

¿sabes cuántos náufragos viajeros

se perderían en las playas que navegas?


No se asuste caballero: ladro y no muerdo

entrego la vida hasta que el alma resista

no confunda despedida con envidia

ni el adiós con estar cuerdo

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