Mi sístole no sería tu bocado
ni mi ánimo tan diestro
si no hubieras comprado
acciones en mi cielo y en mi infierno
Te vendo entrega al por mayor,
te pago con abrazos las culpas del pasado,
te alquilo mi paciencia una vez más
sólo por la renta perpetua de tu cambio de voluntad
¿Cuántas ganas hacen falta para inclinar tu balanza?
¿Qué estímulo requiere tu alma para ser productiva?
No quiero más ni pastoreo ni labranza:
me conformo apenas con caricia colectiva
Devuelve mi tristeza con menos interés,
pago al contado por el tacto de tu pelo,
hago donaciones y lo hacemos de revés,
acepto bancarrota si eso vale ser tu sueño.
Te entrego hasta lo que debo,
mi paz, tu paz, nuestro patrimonio,
que me embarguen el diablo y el demonio
si no te miro mientras duermo
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