Me pregunto qué pasaría si dejara de perderme en el supermercado, o si el viento de la calle dejara de arrastrarme, si las cervezas de los bares vinieran vacías y no me dejaran chapotear en los charcos de una utopía tan grande como el olvido, o si el cine no diera siempre esa película idiota que me guiña el ojo y lo hace tirar agua hacia abajo, o si la mirada no esquivara tanto, si la pregunta tuviera alguna respuesta, o mejor, si la pregunta tuviera sentido, o qué pasaría si con alas y antifaz yo trepara a tu alcoba vacía y me tomara hasta la molestia de tu boca, o si afilara las uñas de los ojos para rascarte las vestiduras, o si te dejara tan desnuda como cierta en el medio de la avenida en una noche vacía de verano, si los árboles volvieran a cantar en cuatro idiomas o si la luna me diera la orden de besarte sin excusas, o si me fuera tan lejos que la noche no podría ni alcanzarme, ni siquiera la tuya, la almohada vacía, la sábana de escarcha, la humedad inocua e inolora de las lunas de una cama que ya no sabe contarlas, quizás no tendrías que maldecir a cada paso firme que camino hacia tu sombra ni llamar al destino para que aparte por vos mi mano de tu pecho y te vista, y que te vista con tanto abrigo hasta convertirte en madeja en un sillón cansado, con la casa olfateando recuerdos ingratos, absurdos, quizás tendrías que cantarle al pasado que se calle, o rogarle al futuro que alquile unas alas para volar tan alto que nadie te encuentre. Quizás bajarías al instante, porque en tierra o cielo mi mirada sería la misma. Exactamente la misma. Quizás arañarías verdades e hipotecarías sueños, o directamente los romperías, oero yo estaría tan lejos. Tan lejos que no oiría ni el llanto de los niños, ni los rayos del sol sobre tu pelo ni el suspiro de caricias en tu espalda, ni la humedad de tu boca pequeña y hermosa abrazando, y me abrasaría tan lejos del mundo que, esta vez, el humo no nublaría ni tus dudas.
O quizás no pasaría nada
Soy la palabra que no espera
el ruido que hace hablar a tu silencio
el nudo de la cinta de tu pelo
la mirada que quiere subir a tu marea
El canto de esperanza en el asfalto
los dedos torpes que sueñan con tu espalda
las amarras de un barco encallado
el asesino sin culpa ni redada
el ruido que hace hablar a tu silencio
el nudo de la cinta de tu pelo
la mirada que quiere subir a tu marea
El canto de esperanza en el asfalto
los dedos torpes que sueñan con tu espalda
las amarras de un barco encallado
el asesino sin culpa ni redada
Desde mi ventana
martes, 31 de marzo de 2009
lunes, 30 de marzo de 2009
Pasos
Como la cálida mañana de domingo, un amanecer y una brisa que agita las hojas levemente anunciando quizás algo de calma. Algo de esa calma imprescindible para que el cuerpo se anime a caminar, con pasos seguros, quizás a ninguna parte, pero con alguna certeza al menos en el interior.
Pasos que siempre se arriesgan a doblarse el tobillo, a equivocarse, pero que ya no miran hacia atrás. El atrás no existe. El atrás es un alimento que, una vez digerido, se incorpora al propio paso y que sin éste, nunca podríamos caminar. Se puede mirar a los costados, antes de cruzar una vía, una calle, o simplemente la vida, o algún camino largo y sinuoso que uno no sabe muy bien a dónde conduce, pero al menos sabe que lo está siguiendo. Pero no. No existe el atrás. No debe existir. No hay que perderse. No se puede mirar hacia atrás porque no se puede caminar para adelante. Sí se puede, pero se corre el riesgo de chocarse con lo que se tiene en frente, o quizás de no verlo. Y no se puede. En esta tierra de accidentes, hay que vivir precavido. En todo caso, cauto. Sin miedo, pero cauto. Tampoco se puede andar con miedo porque el aire te vigila como los perros y te huele. Huele unas manos que tiemblan con el tacto ajeno, huele una mirada esquiva que no mira ni al frente ni a ninguna parte, sencillamente porque perdió amnésicamente esa capacidad. Huele la humedad vieja y vacía debajo de la ropa, huele las lágrimas derramadas a quien ya no las merece. Huele todo vestigio y ataca las heridas sin cicatrizar, abriéndolas y complicando su recuperación.
Por eso el domingo arde como el fuego a las diez de la mañana, los pájaros murmuran esperanzas, los trenes viajan a mundos posibles y los árboles simplemente toman agua. Las vecinas dan de comer a sus hijos antes de dormir la siesta y los jubilados se sientan a la sombra con la puerta abierta.
Por eso el lunes no marca las cartas, quizás tampoco espera, ni busca ni encuentra. No tiene motivos.
Simplemente camina sobre la gran selva que se avecina y no exige nada.
Camina. Cauto. Lento. Hacia adelante.
Pasos que siempre se arriesgan a doblarse el tobillo, a equivocarse, pero que ya no miran hacia atrás. El atrás no existe. El atrás es un alimento que, una vez digerido, se incorpora al propio paso y que sin éste, nunca podríamos caminar. Se puede mirar a los costados, antes de cruzar una vía, una calle, o simplemente la vida, o algún camino largo y sinuoso que uno no sabe muy bien a dónde conduce, pero al menos sabe que lo está siguiendo. Pero no. No existe el atrás. No debe existir. No hay que perderse. No se puede mirar hacia atrás porque no se puede caminar para adelante. Sí se puede, pero se corre el riesgo de chocarse con lo que se tiene en frente, o quizás de no verlo. Y no se puede. En esta tierra de accidentes, hay que vivir precavido. En todo caso, cauto. Sin miedo, pero cauto. Tampoco se puede andar con miedo porque el aire te vigila como los perros y te huele. Huele unas manos que tiemblan con el tacto ajeno, huele una mirada esquiva que no mira ni al frente ni a ninguna parte, sencillamente porque perdió amnésicamente esa capacidad. Huele la humedad vieja y vacía debajo de la ropa, huele las lágrimas derramadas a quien ya no las merece. Huele todo vestigio y ataca las heridas sin cicatrizar, abriéndolas y complicando su recuperación.
Por eso el domingo arde como el fuego a las diez de la mañana, los pájaros murmuran esperanzas, los trenes viajan a mundos posibles y los árboles simplemente toman agua. Las vecinas dan de comer a sus hijos antes de dormir la siesta y los jubilados se sientan a la sombra con la puerta abierta.
Por eso el lunes no marca las cartas, quizás tampoco espera, ni busca ni encuentra. No tiene motivos.
Simplemente camina sobre la gran selva que se avecina y no exige nada.
Camina. Cauto. Lento. Hacia adelante.
sábado, 28 de marzo de 2009
Malasangre
Me pasé la noche entera estaqueado en el sillón
viendo amasijarse a ‘Los sopranos’
Ya los dedos del amanecer husmean mi balcón
se me hizo tarde tan temprano...
Estoy pensando que no me vendría mal
afeitarme un poco, que me importe menos todo
Por las venas machucadas de esta agónica ciudad
corre tormentosa malasangre
bataclanas, desquiciados, pistoleros de ocasión
bosteza su bilis Buenos Aires...
Estoy tratando de despabilar antojos
de irme donde mis tristezas se puedan reír un poco
Pero soy un monigote cuando vos te vas tan lejos
desde el día en que me echaste a cascotazos de tus besos
desayuno pan duro cuando no encuentro cianuro
corro hasta mis penas que me sacan dos cabezas
y vuelvo con la lengua afuera
Desayuno pan duro cuando no encuentro cianuro
corro hasta tu ausencia
que se prueba tus zapatos Letra de Malasangre - Ivan Noble - sitiodeletras.com
tu perfume y tus medias
Se derrama la mañana y yo diría que esta es la situación:
pésima, pero desmejorando...
no me asusta tu lindura, lo que no pienso es viajar
hasta vos con pasaporte falso
estoy tratando de cerrar asuntos pendientes
de darle un buen portazo al mundo
y quedar a la intemperie de las mesas servidas,
de los platos rotos de la vanidad,
de las glorias enanas,
del precio que siempre vamos a pagar
Pero soy un cachivache cuando no te tengo a mano
desde el día en que me echaste a carterazos de tus labios
desayuno pan duro cuando no encuentro cianuro
corro hasta mis penas que me sacan dos cabezas
y vuelvo con la lengua afuera
Desayuno pan duro cuando no encuentro cianuro
corro hasta tu ausencia
que se prueba tus vestidos
tu perfume y tus medias.
Iván Noble
jueves, 26 de marzo de 2009
A los leones
En la bocacalle de la cortada de las despedidas
donde se empantanaron alegrías de alguna vez
voy tirando la punta del ovillo del recuerdo
por las dudas te espero, deletreándote al amanecer
Y miro a los ojos a los colmillos del destino
con el mástil herido tiro el ancla en noches desiertas
somos lo que no somos y es la cosa más amarga
que hoy vos seas la ingrata mosca verde de mis siestas
Y no puedo creer que así estemos, vendados contra el paredón
nena, no es manera de estropear un corazón
¿cómo pudimos tirar a los leones tanta ilusión?
nena, no es manera de estropear un corazón...
Adonde el diablo pierde el poncho y la paciencia
más pronto que tarde, a esconderme debiera haber ido
que jugarme el pellejo por tus labios doble filo
Yo no puedo creer que así estemos, vendados contra el paredón
nena, no es manera de estropear un corazón
¿cómo pudimos tirar a los leones tanta ilusión?
nena, no es manera de estropear un corazón...
Se apaga el domingo, sangra la luna entre los edificios
no tengo más planes, estoy llorándote como un bebé
voy a darme una ducha, voy a escuchar a Dolina
y a lamer mis heridas por si se te ocurre volver
Yo no puedo creer que así estemos, Juan Moreira contra el paredón
nena, no es manera de estropear un corazón
¿cómo pudimos tirar a los leones tanta ilusión?
nena, no es manera de estropear un corazón...
linda, no es manera de estropear un corazón…
Iván Noble
viernes, 20 de marzo de 2009
Quand rien n'est assez
Sentado en la terminal encendí otro cigarrillo
el humo de mi boca apagó el brillo y el sol de la tarde
tan necio, tan cobarde, cuánto borracho pasa hoy
por la esquina del fracaso y la impotencia, qué torpe estoy
Se hizo tarde o eso al menos decía el reloj, ya no sé
contar las horas, las hojas valen más, ¿y cuánto el después?
Porque nadie miró al revés ni para atrás, tampoco vi yo
miraba al suelo, cabizbajo, ¿otra vez el terror?
La noche tembló, andate, dijo un viejo que miró extraño
qué raro dije yo, ¿las lágrimas apagan el sol?
más raro miró, no contestó pero mejor me largo
a caminar, que para transporte sobra letargo
Me pregunto cuánto vale una mirada, si la vida se apaga
después de un silencio, quemando viejas llagas
si nada alcanza todo queda en el talvez
quand rien n'est assez pour remplir les étoiles du ciel
La brújula del neceser
Se parte la tarde, las ventanas cansadas del mundo
calla el sol en la puerta que se abrió de par en par
de tanto cerrar y yo tan frágil como siempre, tan desnudo
que el verano me da frío igual que a vos, ¿y a quién llorar?
Nunca entendí los sortilegios, ni el laberinto, ni el espejo
que hoy pregunta y yo no sé qué responder, tal vez
el privilegio de saber querer no llegó, se cayó al suelo
quedó enterrado no me preguntes dónde, ¿a qué después?
Si callo el filo del silencio corta y ya no quedan más notas
no sé bailar, no sé cantar afinado tu vals, maldito paladar
que no sabe distinguir cuando el manantial se colma
ni la paradoja de alejarse para que vuelva a llamar ¿a qué esperar?
No sé si dije ya: no me gusta hipotecar quimeras vanas
ni cruzar fronteras, ni forzar la cerradura de la puerta
para quedar tiritando en la vereda, ni tocar madera
ya hay cristal roto en la mañana, qué pecado, faltan ganas
O quizás sobran pero no sé llevarlas como corresponde
¿por qué todos se agitan si se rompe el molde?
más vale una risa bien robada, un beso del revés
una mano en la espalda sin preguntas ni tal vez
Pregunto si es mejor apurar mi redada, no tengo coartada
me falta una verdad, varias certezas, balas y refuerzos
si quedo al descubierto nadie va a venir a curar y nada
hace que venga a buscar, ¿hasta cuándo estaré cuerdo?
Se me hizo tarde, cayó la lluvia, no hay paraguas ni señal
pensaba que era más temprano, será que no atrasé el reloj
o simplemente me perdi y nadie sabe qué decir ni qué amar
si la corriente no ayuda me ahogaré, ¿cuándo contaré hasta dos?
Olvidé el calendario, el abecedario, los números, las cartas
y no sabes contar cuánto vale el aire en las heridas de la carne
quizás sea tarde o demasiado temprano para calibrarme
otra vez perdí la brújula del neceser, pido apelación, ¿alcanza?
martes, 10 de marzo de 2009
Vuelta de página
El tiempo es un arma de doble filo
hay quien dice que hasta vence batallas
que anega esperanzas o abre caminos
yo digo que a veces lo hace la distancia
Descubrí que el mejor cantante solo canta
lo que recita el alma cuando le habla el corazón
el mejor medicamento que cura y espanta
que no entiende de relojes, ni de espacio ni razón
La lluvia en plena sequía me tendio una mano
rebeló al esclavo que venía masticando herejía
que camina por San Telmo y maldice la Gran Vía
que afloja las amarras del barco encallado
Ahora brindo, admiro e invito a otra ronda
a los amigos que convencidos me decían
que solo vuela el que camina por la sombra
que lo única imprescindible aquí es mi vida
Ahora se trata de sacudir sin temor el avispero
de pasar de página, de ponerle comas al pasado
de admirarse, de soltar sin despecho al encadenado
de poner mayúscula al presente, de patear con ganas el tablero
Voces cercanas
Alegría: otra vez esas palabras endulzan mis oídos,
otra vez oigo el murmullo de las olas que se esconden
en el eco de tus susurros, sensatos, sensibles, que entienden
el lenguaje cotidiano, la complicidad, el ritmo de mis latidos.
Esperanza: otra vez vuelven los pájaros a traer flores en la madrugada,
otra vez parece haber luz en el camino, otra vez seguimos el mismo recorrido,
otra vez te oigo, otra vez te hablo, otra vez te pienso, y esta vez no callo,
esta vez el ruido se muere de miedo, tirita de frío, lamenta su redada.
Encanto: otra vez tus sinrazones provocan mi locura,
otra vez tu conmigo y mi contigo sumados anuncian que se pronuncia "nosotros",
otra vez tu mirada profunda se me vuelve hermosamente indescifrable, soy tu tu trono,
otra vez cualquier palabra es igual a sonrisa, a tenerte, a ternura.
Certeza: otra vez estás aunque no estés, otra vez te oigo aunque no hables,
otra vez te siento aunque calles, otra vez me entrego sin tapujos,
otra vez perdí el miedo al fracaso, otra vez a tu lado empujo,
otra vez te pido que te cases, que existas, que me ames.
Otra vez sos mi segunda alma, mi proyecto, mi futuro, mi camino,
otra vez veo tus ojos de canela suave cada madrugada,
otra vez llenas el aire con tus besos cuando no hay respiro,
otra vez estás, otra vez te oigo, otra vez...
oigo voces cercanas.
Ven
Ven, que me han contado que hay hojas que renacen,
que la ciudad tiembla con su asfalto ante tus pasos,
que el espejo sigue buscando tus retazos,
que no soporto solo mi ropa en mi armario.
Ven, que hay polvo de mariposas en el aire,
que quiero acariciar el suelo de tu tierra,
que quiero tenerte para la guerra,
que sin vos no soy de nadie.
Ven, que he cerrado las persianas,
no quedan puertas ni ventanas,
solo vos, solo yo, solo nosotros,
solo el mar y sus escombros.
Ven, que ya llega tu primavera,
que te espero la vida entera,
que me tiemblan las manos de pensarte,
que me estremece tocarte.
Ven, que seré yo quien te descalce,
que hare nadar estrellas en tu ropa,
que el café huele a borra,
que esta noche juro que no amanece.
Ven.
Veinte flores de canela más un sol*
Veinte rosas más un sol
encontraron en tu pelo diez motivos
para posarse bajo tu pelo y comprobar
que tu perfume espanta cualquier desatino
¿Cuántas noches culminan en el eco de tu pecho?
¿Quién mece tu respiración hasta el cansancio?
¿Dónde se van las lunas de esa madrugada en nuestro lecho?
¿Quién quitó de tus labios el sabor de la añoranza?
Arriesgo una rima que entre por tu ventana
para que mañana bailes un lento con mis ojos,
te presto mi llave para que no tengas
mi maldita erudición en el arte
de confundir las paredes con las puertas.
Veinte flores más una rosa tendrá tu primavera,
veinte flores más la luna te cuidarán hasta que duermas,
veinte flores más mi anhelo cubrirán tu noche eterna,
veinte flores más un sol son tus ojos de canela
Toujours ensemble
Entre lo andado y lo porvenir
Entre tangos y rumbitas
Entre eles y eses
Entre pasos y huellas
Dilucidando el camino correcto
sabiendo siempre que es de a dos,
la realidad es lo que queremos que sea
y cada cual es arquitecto del otro
Paso firme y decidido, entre jazmines y flores,
bares, cafés y canelas, destinos y azares,
nadie sabe hasta dónde llegaremos,
solo se sabe que caminaremos juntos:
Toujours ensemble
Tambaleando
Estaba buscando un destino, una palabra,
una mirada, un trazo de tinta que marque mi camino,
una mano que guíe mis pasos, una mueca de viejos retazos.
Esperando el tren en viejos andenes que nunca pisaste,
hallando siluetas y huellas de marcas que no existen,
doblando mi boleto en cuatro hacia ninguna parte,
pidiendo a la lluvia que me regale un acertijo.
Retrocediendo en los caminos sinuosos,
maldiciendo las promesas que cumplí,
las palabras que pasaron a mi boca con exceso de esperanza,
las manos que tocan, que no palpan, que no sienten, que no dicen nada.
Provocando el momento donde nada pasa, donde el tiempo se detiene,
cuando la caricia falta y no hay aire que nos llene, quizás forzando
a tu paciencia a que me espere, quizás con más pendientes que certezas,
con más dudas que esperanza, con más indiferencia que nostalgia.
Mirando para adentro, buscando más respuestas que preguntas,
dibujando retazos de versos, de miradas que no miran,
de canciones que nunca escribí, de promesas que no cumplí.
Arrodillado en el umbral, pidiendo perdón y buscando excusas,
que nunca serán más que eso, recuerdo de besos que nunca dí,
que no recuerdo, que no revivo ni presiento siquiera en una mueca,
retrasando el día en que el cartero, por última vez, me golpée la puerta.
Sueña
Sueña que te sueño cada noche,
sueña que eres mìa cada tarde,
sueña que te beso en el coche,
sueña que soy tuyo y no de nadie.
Sueña que amanezco contigo en tu almohada,
sueña que te espero en la cama,
sueña que construyo castillos en tu vientre
hasta que el sol te desvele en plena madrugada.
Sueña que soy tu soldado, que me cuelgas medallas,
sueña que de tanto pelear ganaremos la batalla,
atacando a todos, de frente y costado...
que soy màs que esa cara que ves en la pantalla.
Sueña que nos cruzamos, que nos encontramos,
sueña que el destino, al fin,
nos hace una buena jugada y,
cambiando reina por alfil,
nos permite querernos, amarnos.
Sueña que me quedo a tu lado,
que nos queda tanto por delante,
que nos descrubrimos poco a poco,
que me declaro esposo y amante
hasta que la muerte nos separe...
Suèname...
Será
Será que este reencuentro se me hizo tan corto,
sera que me remuerde pensarte con otro,
será que es tarde, y me duele la mirada,
será que ya todo tiene gusto a nada
Será que me inhibes y me pongo cobarde,
será que siempre llego tarde,
será que tus besos no llegan ni pasado mañana,
será que no despierto con vos de madrugada
Será que hace frío y me duelen las costillas,
y de tanto esperarte sentado, no llego ni a la esquina,
será que hace 10 años que te pierdo,
será que tengo tanto miedo de encontrarte,
de perderte, de que me hables,de que me calle,
de que te mire y se te olvideque así no soy tuyo ni de nadie
Será que siempre lo arruino todo,
que no razono ni a tu forma ni a tu modo,
será que extraño tus abrazos, tus sabores,
tu aroma de recién levantada,
que no me sale ni mirarte a la cara
Será que ya no tengo ni las fuerzas ni las ganas,
será que ya nada es lo que era,
que mis dedos no cruzan tu frontera,
ni mis labios entienden los relieves de tu mapa
Será que esta espuma de certeza de pasado me ataca de frente y de costado,
sin piedad,sin escrúpulos y sin disimulo, con dardos de soledad,
inculcándome el terror que me produce el azar.
Será que no soy independiente,
que me quema la nostalgia del no haber hecho,
que por las noches no recojo flores en tu vientre,
que no siembro semillas en tu pecho
Será que tus labios ya son como espadas,
que no sientes ni temes si me matas,
que no duermes ni sueñas conmigo,
que no serás la madre de mis hijos
Ser tuyo
Ser aquel que siempre soñaste,
ser aquel que nunca dejaste,
ser aquel que siempre quisiste
ser aquel que nunca pensaste.
Ser tu red para cuando caigas,
ser tu soga para subirte y no atarte,
ser tu camino, tu octavo arte,
ser tu camiseta sin mangas.
Ser tus pies, tu suelo seguro para caminar,
ser tus brazos, tus hombros para llorar,
ser tus pasos cuando quieras andar,
ser tus abrazos cuando te sientas fatal.
Ser tu madrugada, tu manta, tu piel arropada,
ser tu tarde, tu cine, tu proyecto,
ser tu sueño, tu mano firme, tu arquitecto,
ser tu compañero, no tu dueño,el aroma de tu almohada.
Ser tu presente cuando no veas futuro,
ser tu futuro cuando no veas pasado,
ser tus labios, aquelllos que has besado,
ser tu vida, tu sombra : ser tuyo.
Sentidos
Desperté con tu aroma y sentí tu calor en cada célula,
cada tacto en cada una de mis venas,
le pedí a mi almohada que no duerma
para ver cada día tus ojos de canela.
Llego a casa luego de viajes y ajetreos,
con el vaho de la ciudad en cada vuelo,
te veo dormir y descubro que, de tu pelo,
caen margaritas pa' tu espalda,
y en la lumbre de tus ojos,
tan tristes y hermosos,
oigo morir el eco de mis miedos más remotos.
Y ahora le pediré a mis oídos:
que conserven la melodía de tu voz.
A los relojes:
que detengan el tiempo para poder oirte.
A mis tardes:
que se calmen, porque las llenarás.
Y ahora ayúdame a pedirle a la noche:
que sea eterna, para alumbrar tu sonrisa,
para poder quedarme en tus piernas
hasta que el sol te salude sin pris
Seis horas mirándote
Seis horas mirándote
privilegio por el que vale la pena vivir
No sé si fue un latido, no sé si fue una tarde
o una tarde de latir
Hola, cómo estas, dijo, se le cayó una risa
que recogí rápido pero sin prisa
acompañame, repitió, voy a ver si llueve
cómo no, respondí, lo que sea con tal de verte
Vamos, que el sol quema, te invito a un café
y aunque yo no tenía ni hambre ni sed
me entretuve con su mirada perdida en la ventana
soñando quizás un aroma, revolvía mi té
Un abrazo, cuatro miedos, dos manos al cuadrado
no me importa como estés, torcida o de costado
tengo miedo, dije, pero no se de qué
calla, que más vale jugar que perder
Y animate, pierde, tira la toalla del cobarde
cantaban a coro las palomas en el parque
callaron los árboles, silencio y al fin un beso
a cada mano una mejilla, cuatro ojos ciegos
Volvamos, dijo ella, que se hace tarde
como si hubiera olvidado las agujas del reloj
con los ojos cambiaba el semáforo de la calle
con las manos aliviaba mi dolor
Y ahora no sé si caeré otra vez en el lodo
vaya formas de recordar tiene uno
Y ahora creo que no hay manera ni modo
de cantarle en el momento oportuno
Será que me han crecido las jorobas
que no soy príncipe que trepa por su pelo
que no tengo alas, que no sé de cielos
que por soñar me quitaron la corona
Rescate
Porque siempre encuentro en tu abrazo el sostén que necesito,
en tus besos el aire que faltaba en mis pulmones,
el calor del alba en los amaneceres más fríos,
el impulso necesario para esquivar el impacto.
Porque llenas, porque llegas, porque vuelves,
porque das todo sin pedir nada a cambio,
porque estás, con certeza, a la hora señalada,
con mas verdades que mentiras, con más amor que soledades.
Porque emerges cuando se acuesta el fracaso con el desconsuelo,
el desgano con la desilusión, el tacto con la esperanza,
la angustia con el dolor, la nostalgia con el sin ti.
Porque abrevias el breve espacio en que no estás,
porque tu voz cubre mis cinco sentidos perdidos,
porque tu calma acaricia los miedos de mi pecho,
porque tu paciencia anula mis temblores más remotos.
Porque envuelves mi rutina, la alteras, le das sentido,
porque derrites el mundo con tus pasos, el espacio con tu aroma,
porque sonríes y la vida es justa y vale la pena,
porque sos mas que dos y uno más uno,
porque te agradezco, porque una vez más rescatas.
Regresando
Ella camina sola en el mar de los recuerdos,
entre las ataduras, las amarras de los puertos,
nadie le enseño que uno solo se ayuda,
que la autonomía perdura tanto como la voluntad
Bebe de las fuentes más saladas que encontró,
planea mil viajes entre soles donde ya navegó,
sueña con que me aparezca en su ventana
como cada mañana, antes que salga el sol
Y pide perdón cuando se equivoca,
sonríe y casi ni se nota que hasta ayer supo besar,
suspira y lo pide a gritos, casi con toda la boca,
como si se apagara en sus labios la última verdad.
No quiere faros, no quiere madrugadas,
sólo quiere alguien con quien salir a andar
Y yo vuelvo a casa con los pies cansados,
los talones gastados de tanto andar por la ciudad,
con el vaho cansado y ansiando el último beso por dar,
perdido entre los ramos de azar, entre las flores marchitas del hogar.
Y ahora vuelvo y me sonríe con toda la boca
y ahora sí se nota lo bien que sabía besar,
y ahora sí recuerdo la locura, la ansiedad,
la fuerza, la certeza de volver a amar
Quitate los miedos
Anda, venga, abrázame, desnúdame, siénteme,
que no hay a qué tenerle verguenza
(¿desde cuando el amor tiene algo de consciencia?)
olvida la rutina, tus costumbres, tus pudores,
tus desmotivaciones sociales, tus prejuicios.
Acércate un poco, juro no voy a lastimarte,
jamas tuve ni tendré esa intención, desde cuando
te he dado motivos para hacerlo...no lo sé
si yo sólo quiero enlazarme contigo,
y vivir (Eso sí que es vivir) así, tan solo jugando.
Adelante, desinhíbete, que no muerdo, ni siquiera ladro,
más por cobardía que por vocación, pero ven, que vida hay 1 sola,
que hoy es siempre todavía, pero...toda la vida es ahora,
y quien podrá, después de amarme, quitarte lo bailado.
Acomodate, entrégate, que aqui estaré encantado, maravillado con tu lumbre,
ansioso de ternura, empapado de pasiones lejanas,
necesitado de alguien que me haga un poco más hombre,
vocablo en tiempos de extinción aqui abajo.
Sálvame
Ponte cómoda, yo hoy te preparo la cena, hoy somos todos nuestros,
hoy sólo quiero yo, tu, nosotros y nuestros cuerpos,
ven conmigo, quítate los miedos que los mios son los mismos,
son los tuyos, son los nuestros.
Quiero estar
Cuando el frío de la noche te corte la cara,
cuando no sientas a tu lado aquella mirada,
cuando el temor inesperado de la derrota
aceche y empañe la alegría que provocas.
Cuando el silencio queme tu habitación,
cuando la certeza de incertidumbre
te carcoma la existencia y la herrumbre
de los años no consuele tu sinrazón...
yo quiero estar para curarte,
para desempañar el vidrio de tu espejo,
para que tu sonrisa me deje perplejo
cuando mi abrazo te acompañe,
para ser tu hombro donde llorar,
para estar, para verte galopar y andar,
para mirar que tu alegría reflorezca
mañana temprano, cuando amanezca.
Si te faltan almohadas te presto mi pecho,
si te faltan caricias aqui están mis dedos,
si te falta consuelo piensa en positivo,
si te falta final, pone puntos suspensivos.
Quien pudiera
Quién pudiera...
tenerte un poco màs cerca,
sin tantos lagos y océanos
que nos separen tan drásticamente,
como olas de mar que se han vuelto tercas.
Quién pudiera...
vislumbrar esa sonrisa,
acariciarte tan sólo esas mejillas,
oler un maquillaje, un perfume tan tuyo,
un aroma cuyo aire me devuelva la vida.
Quién pudiera...
compartir tu vida, tu rutina,
tus mañanas, tus tardes, tus noches, tus dichas,
acompañarte en las tiendas,
probarte la ropa, cantarte esta estrofa.
Quién pudiera...
yacer en tu almohada, sentirte fresca,
esperarte mientras te duchas,
dormir contigo (o mejor),
observarte en la madrugada,
con los párpados hinchados o como sea que luzcas,
o, por qué no, sin nada ...
Quién pudiera...
despertarte, mirarte
a los ojos, besarte los labios,
esperarte hasta que regreses, invitarte a cenar,
llevarte el desayuno a la cama,
saberte concreta.
Questions sans réponse
¿Por qué mis versos no tienen espejo retrovisor
donde pueda ver tus pasos acercándose a susurrarles?
¿Por qué mis palabras no vuelven con respuesta a mi buzón?
¿En qué hotel duermen tus ansias de volar
hacia mis brazos o sobre mi pecho?
¿En qué playa se ahogan mis promesas incumplidas?
¿En qué mar de fracaso se asquea mi boca?
¿Quién rompe las cartas que me envías?
¿Quién te rapta de mi cama cada noche?
¿Quién tapa el olor de tu perfume?
¿Quién corta mis manos para no tocarte?
¿Quién anula mis labios que no recorren el relieve de tu mapa?
¿Quién cancela el desayuno que pedí para nosotros?
¿Quién quitó mis dedos de tus piernas?
¿Quién robó nuestra entrada de cine?
¿Quién apagó esta noche?
¿Quién secó nuestros sudores?
¿Dónde van mis palabras, mis versos, mis ganas,
mis retazos, mis besos, mis abrazos,
mi esperanza, mi fe? ¿Dónde van?
Palabras gastadas
Retazos de la noche que cubren la ausencia,
miradas que no llegan, que nunca partieron,
caricias perdidas sin calor ni existencia,
recuerdos, latidos, sentidos que se fueron.
Incienso de aroma viejo me recorre,
humo mediocre de nubes apagadas,
llama volátil que huye y que se esconde
de la luz de tus ojos, hechizada.
Palabras gastadas que no alcanzan
el eco de tus suspiros en la noche
eterna, fugaz, maldita, cargada
de pañuelos que cubren su llanto
cada vez que no los miras
Pájaros de Berlín
Ayer era tarde cuando comprendieron
que la aventura era certeza
y la pareja era esperanza.
Seguía cayendo la noche y sus torpezas
cuando ella supo (y él comprobó) que la carne era débil.
Nadie le avisó que el pecado no es malo pero corrompe,
corta el cristal en dos sin romperlo, pero lo quiebra.
El alba escarchó sus más hermosas manos,
su colchón, su sábana, su anhelo, su alegría,
aquella certeza chocó en la primer curva
y en la sala de emergencias informaron la tragedia.
Hoy sonó la hora de emparchar heridas,
de mostrar el vendaje de siempre,
de asentir ante el reproche, cierto pero tardío,
de contener los impulsos malheridos.
Él intenta prometer lo indecible,
ella pierde el aliento con su fe,
me contaron que algunos pájaros siempre vuelven,
y agregaron que su vuelo no es el mismo, y menos cierto.
Él nunca supo dónde esconder las flores,
ella nunca supo dar vuelta la página,
ella no siempre pudo aprender de los errores,
él nunca borró la careta de su cara.El viento corta sus mejillas y sus caras,
llena de humedad los huesos, la esperanza,
mientras yo ruego que cada pájaro vuelva al nido
con la certeza de saber qué se ha hecho,
qué se fue, qué volvió y quiénes han sido.
Nuestra rutina
Despertar contigo cada madrugada,
sentir tu cabecita con mi pecho,
tu piel desnuda contra la mia en mi lecho,
el peso de tu cuerpo, en bruto, en mi almohada.
Mirarte durante horas, acariciarte,
sentir que ya nada te tendrá alejada,
que siempre estoy a salvo si es contigo,
llevarte el desayuno a la cama.
Observarte mientras almuerzas,
acariciarte con ternura,besarte,
convencerte de que yo sólo podré amarte,
pedirte por favor que no te vistas.
Esperarte mientras te bañas,vislumbrar tu sonrisa,
aguardar aquel instante en que reapareces,
recordando todo rápido pero sin prisa,
sonreir por dentro al ver que me enloqueces.
Pensar en los planes de la tarde,
llevarte al cine, ducharnos juntos,
mirarnos con ternura, con pasión que arde,
cumplir pequeños sueños: los míos,los tuyos.
Provocar el momento adecuado, el más oportuno,
para lograr el buen arte del quita y pon,
aquel que con algo imperceptible nos araña el corazón,
aquel que nos desnuda de a poco, uno a uno.
Acariciar cada rincón de los rincones,
recorrer el relieve de tu mapa,
sentir tu sudor en mi cuerpo a borbotones,
el calor de nuestra piel que nos empapa.
Naufragando
Alguna vez oi el rumor de esas olas naufragando
en ese mar de mil recuerdos y sinsabores,
las veo venir en batallones entre ruidos y mareos,
me silban al oído en el muro cuesta abajo.
Miro con desvelo la mirada transparente,
calan hondo los naufragios de mis playas,
el ruido navega, como, yo, intermitente,
yo, caído, asido por este mareo impúdico.
Y asi vamos, ellas y yo, entre las ondas
tercas de esas olas que nombré, en la punta
de la curva donde doblan los fracasos
donde la esperanza juega su última carta.
Allí donde no hay más arma que mi espanto,
más traba que mis trabas, más pena que mi llanto,
más escarcha que mi cama, más anhelo que mi esperanza.
Allí donde miro al vacío, allí donde el espejo solo tiene preguntas,
allí donde mi desvelo solo tiene indiferencia, nostalgia,
donde el debe gana la batalla y la estaca vuelve a mis haceres.
Mujer de sombra*
Su corazón tiene más puertas que la vida
con una ventana por cada paso caminado
sin llave y sin cerrojo por si acaso
la noche se equivoca y lo ilumina
Mira al frente como si no hubiera costado
si la lluvia la atraviesa se mece con ella
baila desnuda y no sabe cantar tango
quizás el viento duerme a su lado
Sus manos tienen la palma con caminos
que se cruzan por azar sin que lo diga
acaricia en cada tacto sin temor ni desatino
olvidando sus pasados y destinos
Camina con el paso firme y decidido
la calle se le transforma en alfombra
si la luna acierta y calla el ruido
siempre será mujer de sombra
*A Sarita, por tantas cosas
Lluvia y desenlace
Mi ruido es tu silencio,
ese que callas cada vez que hay que gritar.
Anda, la maleta está pesada, ayúdame a cargarla
empuja conmigo la piedra hasta la cima.
Y ella sólo oye el grito infinito del miedo,
el eco de fantasmas que por la noche la acechan
y la arrojan en el mar de la indecisión.
Se van cayendo los retazos, el eco de tu abrazo
que hasta ayer sabías dar, la certeza de presencia,
cuando ya no es tuya ni mía esta realidad.
Y sólo oigo el mar de las olas muertas,
que antes eran tercas, que nos hacen naufragar,
y sólo soy esa cara en la pantalla, que se esfuma,
que se va llorando entre los pasos por andar.
Y me voy bajo la lluvia que cae a pedazos.
Hoy llueve a cántaros y no tengo con quien cenar
Mañana quizás sea tarde cuando llames a la puerta,
la que nunca tuviste el valor de derribar.
Labios
Suaves, dulces, carnosos, impíos,
tan cálidos, sólidos, tiernos,
tan deseados por los míos.
Anhelados desde tiempos inmemoriales,
por navegantes en vela como éste,
que no les quita la mirada, ni aunque cueste
la sequía del universo de los manantiales.
Invocados día y noche, pensados y soñados,
necesitados cada tarde al desvelarme
de la siesta que duermo para soñarte,
a ver si llegan hasta los míos, a mojarlos.
Los siento sin mirarlos, todo belleza,
los disfruto uno por uno, cada instante,
¿no es acaso lo más importante...
que la realidad es lo que yo quiero que sea?
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