Soy la palabra que no espera
el ruido que hace hablar a tu silencio
el nudo de la cinta de tu pelo
la mirada que quiere subir a tu marea

El canto de esperanza en el asfalto
los dedos torpes que sueñan con tu espalda
las amarras de un barco encallado
el asesino sin culpa ni redada

Desde mi ventana

Desde mi ventana

sábado, 13 de junio de 2009

Amaneceres






Fresco el ruido de la ducha que me despierta. Una hendija de luz un tanto maldita en la ventana, una cama cálida con pliegues sabatinos y de la víspera, un perfume en el aire que irradia toda la habitación. Se congela el tiempo y la pared lleva tu nombre escrito en cuatro colores. No cuesta nada imaginar tu cuerpo erizándose con el calor del agua, aún cuando salís vestida y con el pelo recogido, la sonrisa llena, la mirada dulce que reemplaza las caricias con las que habitualmente me despierto, uno, dos y cien besos que parecen mil y ninguno. Pero cubrís el planeta con las lunas de tus ojos, se desliza el sol como niño en la cuna cuando mis dedos rozan tus labios, y yo tan desnudo como tu mirada me pierdo en el perfume que se cuela por tu cuello.

Te miro como un niño mientras revuelvo la taza impoluta rellena de café con leche, el equivalente a tus ojos en versión líquida y clara, vanidosa por cierto.

¿Cuántos amaneceres caben en esa mirada borracha? Te deshaces y me desarmas con tu mirada de perfil en el espejo violeta en el que te miras mientras pintás tus ojos, lo que en el mundo terrenal equivaldría a decorar las persianas del mundo.

Las bajo y allí me quedo. Aunque el reloj y la rutina te hagan desaparecer en la avenida.

5 comentarios:

Pato dijo...

Amaneceres asi querria tener eternamente, salvo por la parte donde la avenida hace desaparecer.

Ya sabes todo lo que te podria decir.

=)

Anónimo dijo...

Interesante, es exitante leer eso.

HUMO dijo...

precioso amanecer de besos que encienden en el alma!

=) HUMO

Antu Gaia dijo...

Creeme que no es nada poco tener todo eso.
Está bien el alejamiento por la avenida, si nunca amanecieramos solos, no encontraríamos el increible placer al amanecer acompañados. A veces las ausencias transitorias son tan maravillosas, sobre todo por eso, porque todo indica que no seran definitivas, y que mañana habrá otro amanecer.
Un beso!

Doritos Ad Challenge dijo...

precio me llamo mucha la atencio... cada ves que entro a este blog quedo mas enamorado de el