Empezó tan temprano que ya se hizo tarde
Quiso la cuchara rota o el viento cobarde
dejarte desnuda, pájaro en mano, sin vuelo
Dejarme desnudo, sin abanico y sin pañuelo
Llueve tu risa, cae el domingo como piedra
cansada de rodar como mi mente, seca hiedra
del otoño que no puedo prometer ni jurar
¿a quién pedirle eternidad si no creo en jamás?
Estarás tan hermosa que no me lo vas a decir
No se por qué se maquillan las aves antes de partir
ni cuándo ni cómo golpear tu puerta, que se cierra
queda el umbral sin alas ni susurros: no mientas
Estoy tan cansado que no te quiero contar
ni preguntarle al viento por tierra, ¿será el azar
que nos condena, la vida o las rectas paralelas
sin cruzarse jamás, cambian de lado y de vereda?
Si supieras que guardé hasta tu sombra
debajo de mi cama por si acaso mi luz
te nombra en la penumbra cansada del adiós
No quieran tus manos rastrillar mi alfombra
Aquí digo basta porque ya no alcanza
Que el querube de tus manos incline la balanza
de los tiempos donde la vida es posible y quizás
sea tu hombre, tu pecado, tu manta, tu antifaz
3 comentarios:
"¿será el azar que nos condena, la vida o las rectas paralelas sin cruzarse jamás, cambian de lado y de vereda?
Si supieras que guardé hasta tu sombra debajo de mi cama por si acaso mi luz te nombra en la penumbra cansada del adiós..."
HERMOSO, CON MUCHO SENTIMIENTO. Magico y doloroso. Saludos, Facu
Parece que lo hubieses escrito para mí, es hermoso. Gracias.
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