Soy la palabra que no espera
el ruido que hace hablar a tu silencio
el nudo de la cinta de tu pelo
la mirada que quiere subir a tu marea

El canto de esperanza en el asfalto
los dedos torpes que sueñan con tu espalda
las amarras de un barco encallado
el asesino sin culpa ni redada

Desde mi ventana

Desde mi ventana

lunes, 13 de abril de 2009

Caricias ejemplares



Cae la noche y la luna me guiña un ojo, porque conoce cada rincón que se vislumbra en esta habitación donde vos y yo somos los protagonistas del mejor espectáculo jamás visto. Conoce cada contraste entre su luz y tu sombra, entre su luz y tu luz, entre su luz y tu silueta, que se desdibuja cada día y cada noche tan igual pero tan diferente.


Ya oigo murmurando el ruido de las olas mansas después de tanto trabajo, y se acuestan a tu lado para mecerse y mecernos en la noche más bella.
Se colocan y diseminan con total naturalidad, aptas siempre para buscar tu postura, aquella en la que tus mejillas parecieran sonreir, autónomas, eternas, vírgenes, alegres, felices, inmutables, con ese pliegue único que solo puede lograrse con la comisura de tus labios y la suavidad de tu piel.
Sonríen complacientes al mirar tus muslos rozando los míos, enredándolos con habilidad semi-artística y cada vez con un estilo diferente.


Más al fondo aún están las estrellas, que todavía no logré discernir si son espejismos de tu mirada y de tu luz, o si tienen vida propia. Pero ellas hacen caso omiso de mis pensamientos. Ellas buscan competir inútilmente contigo para ver quién ilumina mejor mi pecho, que también podríamos llamar almohada, o refugio, y maldicen celosas cuando entre los retazos de la noche tu pelo y su perfume están acariciando mi abdomen, como si tuvieras cabello ramificado.

Yo también conozco. Yo también dibujo cada noche pequeñas nubes de mi alma en esa espalda suave como el terciopelo que no opone ninguna resistencia a los vaivenes de la yema de mis dedos o a la forma natural que mis labios forman para buscar la combinación perfecta entre la ternura y tu sueño.
También conozco la luz que te ilumina y, como si fuera un prisma, rebota y dibuja las figuras más bellas y perfectas en mi silueta.
También conozco los refugios de tus manos en las mías, o el pliegue de tus senos rozando mi pecho que respira reconfortado.

Conozco todo lo que en ese instante eterno no conoces, solo porque tú duermes


Y yo te miro











(Texto de hace mucho tiempo)

3 comentarios:

HUMO dijo...

Y es tan romántico y tan lindo!

besote!

=) HUMO

Pato dijo...

No dejas de sorprenderme, lo que acabo de leer es simplemente hermoso.
un beso enorme Facu :)

ValeVi dijo...

Facu, hace mucho, mucho que no te visito, y es tan tarde!!! Asi que mañana te voy a dedicar mis horas libres para ponerme al tanto de tus letras, que siempre me sorprenden. Un beso grande
P.D: me encanta tu pesimismo, es lo que me atrapa.