Soy la palabra que no espera
el ruido que hace hablar a tu silencio
el nudo de la cinta de tu pelo
la mirada que quiere subir a tu marea

El canto de esperanza en el asfalto
los dedos torpes que sueñan con tu espalda
las amarras de un barco encallado
el asesino sin culpa ni redada

Desde mi ventana

Desde mi ventana

jueves, 23 de julio de 2009






Entre letras no tan bellas como estas, y con un sonido que había que imaginarlo, apareciste con dos estrellas y diez manos para sostener el vértigo que alumbraba la Tierra.

Te colaste entre la bruma y los escombros del alma, alumbraste mi camino mansa, dulce y profunda, sencilla y sonriente, escondida a medias bajo el umbral de un café negro y una mesa tan redonda como el círculo perfecto que creaste a mi lado.


Mirabas hermosa y dulce, con los ojos llenos que esgrimían una esperanza que no pedía permiso ni disculpas para sentarse a comer con nosotros. Fue un silencio, una luz brillosa que se coló entre tu pelo, tus ojos y tu risa (el triángulo más perfecto que la vida humana conoce) lo que dibujó quizás el camino más nítido, genuino y sencillo para empezar a caminar. Porque a veces... algo te sacude el hombro izquierdo, te pide a gritos que salgas, que te atrevas a matar de dos tiros al pájaro del sueño triste.

Entonces, así, sin más cartas que la mirada cargada de café, me encerraste en tu casino luminoso para jugar a la ruleta con los hilos de tu pelo, con la boca abierta y vacía pidiendo humedad.


Y llegó el día en que la noche cantó bingo y con tres guiños de luna selló cuatro labios y cuatro ojos ciergos y bien abiertos para descubrir que el tiempo era tan relativo como infinito, que en la humedad de tu boca podían nadar todos los peces del mundo.


Y las tardes eran semanas entre la risa y la espuma, y la siesta era un tren al cielo de tu cuerpo dormido, desnudo, hermoso y perfecto, que dibujaba su mejor cuadro en el reflejo de tus ojos cansados, en tu piel de manteca y miel y en la figura irrepetible que conforma cada retazo de tu rostro.

Sólo así el amanecer se cuela luega en el brillo de tus ojos que me alumbran y me abrazan para decirme una vez más un te quiero dulce, una vida que canta sueños y recita certezas

1 comentario:

Anónimo dijo...

como puedo hacer para verla en colombia? no se consigue en ninguna parte ni en internet, de verdad la quiero ver, cuando será que la suben siquiera a youtube? repondan a mi correo alercila-1@hotmail.com