Eramos, al menos yo, una brisa sin sentido
y menos que ahora parecía que iba a llover
No recuerdo más que las escaleras que no puedo bajar,
si no sonríes, ¿a dónde iré a parar?
Creo que hoy llueve más rápido
o por lo menos más triste
¿o seré yo? nunca pude distinguir
los espejos del reloj.
A veces da lo mismo todo
Maldita ciclotimia, maldita timidez
Le tengo más miedo a la quietud que al agua,
hoy no vale ladrar antes que morder.
Dicen que hay siempre cartas que jugar
pero nunca dicen dónde encontrarlas
ni en qué mar se pescan con aquella red
nada más estúpido que chocar contra la pared