Despertarla hubiera sido cruel. No con ella, sino conmigo. Demasiado había allí, tan perfecto, acariciable y a la vez tan intangible como esa paz que transmitía entre recovecos. Tenía la maravilla de confundirme con una gracia inigualable entre sus sueños, y yo me perdía a punto tal de no distinguirlos de los míos.
El día que comprenda cómo puede ser que ilumine con los ojos aún estando despierta, habré resuelto un gran enigma. Si hasta cuando calla parece hablar, si estando quieta su pelo parece moverse y mullirse en la almohada, si su espalda parece un banco de arena, si su pecho tan suave, si su cuello tan de niña, si sus mejillas más aún.
Misterios tiene la vida y a veces mejor no develarlos. No, mejor conservar esa magia , tan pura, exquisita, inacabable, tan perdurable en el tiempo que no se sale del asombro.
Mejor acurrucarme, antes que despierte
1 comentario:
es muy lindo esto ..
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