Me iluminó la noche y la vida cayendo la tarde
sin preguntarme la hora ya me quiso besar
me quitó los boletos del circo del cobarde
pregunté cuándo me hacía grande: no quiso contestar
Si me apuran, confieso, lo firmo acá mismo
con un par de versos, sin besos pendientes, la invito al altar
¿dónde van las palabras que no van al abismo?
cómo cuesta inclinar las rodillas al pie del azar
Me quedan más promesas que desvaríos
ya no siento ni frío, ni prisas, ni piedad
sin embargo me derrito en tus desatinos
cuando caiga la tarde, princesa, te invito a cenar
Te debo una foto en mi mesa, sepa disculpar
nunca tuve destreza ni tiempo para ir a adornar
Si me dejas te pongo una flor en cada ramo del pelo
que la primavera terminó cuando empezó tu piel
Cuando acabe el verano te invito a apagar el invierno
entre sábanas de humo y caricias de sal
Si supieras lo que vale quedarme en el paraíso de tu infierno
romperías con besos la cama pasada de la soledad
Aquí van más balas que ya no sé dónde guardar
apunté entre ceja y ceja, salió este poema, calor y humedad
Y como para el amor nunca me hizo falta una estufa
si me quedo sin versos prometo quedarme en tu boca de paz